miércoles, 10 de septiembre de 2014

Juan Hohberg, el charrúa que esquivó a la muerte


Uno de los momentos más dramáticos de la historia de los Mundiales se vivió en el Wankdorfstadion de Berna el de 1954. El actual campeón Uruguay y el máximo favorito, la Hungría de Puskas, se veían las caras en uno de los choques más atractivos del campeonato. La alegría charrúa al lograr el empate y forzar la prórroga se transformó en preocupación y angustia tras el paro cardiaco que sufrió en la celebración de su tanto el delantero Juan Hohberg.

Argentino de nacimiento pero uruguayo de corazón fue conocido como “El Verdugo” o  “El Cordobés”. Se desempeñaba como delantero y destacaba por su fuerza física, contundencia y espíritu de lucha. Dotado de un magnífico disparo con la pierna diestra y un buen remate de cabeza era un jugador con gran picardía y astucia.

Juan Hohberg con la camiseta de Peñarol

Inició su carrera en Central Córdoba y curiosamente lo hizo como portero. Su demarcación cambió después de un partido de Sexta División en el que le colocaron como delantero centro y marcó dos tantos. Poco a poco fue progresando y a mediados de los años 40 llegó al primer equipo que militaba en Segunda División. Realizó brillantes actuaciones en la entidad cordobesa y eso llamó la atención de varios equipos, fichando finalmente por Rosario Central. En el conjunto rosarino solo permanece dos temporadas en la que logra 33 goles y a continuación se marcha a Peñarol. Ambos equipos se habían enfrentado en un torneo amistoso y la fabulosa actuación de Hohberg hizo que la directiva carbonera se lanzase a por su contratación.

Sus mejores años como jugador los pasó vistiendo la camiseta aurinegra dejando además un grato recuerdo en la hinchada. Obtiene para su palmarés 7 Campeonatos Uruguayos, 1 Copa Libertadores y 3 Torneos Competencia y en el plano individual se erige máximo goleador liguero en dos ocasiones (1951 y 1953). Anota un total de 277 goles en doce cursos y entra en la historia formando parte de la legendaria delantera conocida como la “Escuadrilla de la muerte”, junto a Ghiggia, Miguez, Schiaffino y Vidal. Luego se fue a Racing de Montevideo y colgó las botas en el Cúcuta Deportivo colombiano.

En el equipo nacional uruguayo debutó tras nacionalizarse en un amistoso ante sus vecinos paraguayos el 10 de Abril de 1954, donde cayeron derrotados con estrépito por 1-4. Convocado únicamente para el Mundial de Suiza 1954 hizo un buen papel en los dos partidos que disputó, las semifinales y el choque por el tercer puesto. Frente a Hungría en semis el técnico Juan López le dio la alternativa tras las lesiones de Abbadie y Miguez en cuartos de final contra Inglaterra. Su actuación fue destacada pese a que marró las dos primeras claras ocasiones que tuvo. Sin embargo a la tercera no falló y después de una gran jugada colectiva del conjunto charrúa empujó el balón al marco húngaro. El encuentro por entonces reflejaba un 2-1 en el marcador a favor de los europeos pero Hohberg a falta de cuatro minutos para la conclusión del duelo firmó las tablas. Schiaffino y Ambrois se asociaron y trenzaron una bonita jugada para asistir al artillero carbonero que con un potente chut batió a Grosics. Todos sus compañeros corrieron a abrazarle entusiasmados quedando Hohberg debajo de la piña aplastado. Había sufrido un infarto y estaba inmóvil tendido sobre el césped. Varios jugadores llamaron con celeridad al banquillo pidiendo asistencia médica y segundos después el kinesiólogo Carlos Abate le prestó su ayuda. Comenzó la reanimación y le dio una dosis de coramina que hizo revivir a Hohberg. El jugador regresó al terreno de juego para ayudar a sus compañeros en los últimos momentos del choque pero en el descanso antes de la prórroga confirmó que no se encontraba plenamente recuperado. De esta forma el tiempo extra lo inició Uruguay con diez jugadores en el campo aunque pasados unos minutos el delantero entró de nuevo ya para quedarse. Finalmente los “Magiares Mágicos” impusieron su calidad y fuerza ante unos charrúas desfondados y se llevaron el triunfo. Tres días después repitió titularidad ante Austria en la lucha por el tercer puesto y consiguió el único gol de su equipo. Los centroeuropeos se habían adelantado minutos antes de penalty pero Hohberg neutralizó la ventaja con un disparo desde fuera del área. En la segunda mitad un autogol de Cruz y una diana de la estrella austriaca Ocwirk les relegó al cuarto lugar en el Mundial suizo.

Hohberg siendo atendido en la banda

El otro gran susto de su vida se lo llevó en 1958. Viajó a Lisboa para negociar su fichaje por el Sporting pero finalmente un problema con el cupo de extranjeros impidió que estampase su firma. A la vuelta el avión en el que regresaba junto a su familia cayó al agua cerca de Río de Janeiro pero milagrosamente no hubo que lamentar pérdidas personales.

Posteriormente tuvo una extensa carrera como entrenador en la que dirigió entre otros equipos al Atlético Nacional colombiano, el Panathinaikos griego, a Peñarol y Nacional en Uruguay, Alianza de Lima en Perú y Emelec o LDU Quito en Ecuador. Además fue Director Técnico de la selección uruguaya en el Mundial de México y en 1977 se sentó en el banquillo charrúa en los duelos clasificatorios ante Bolivia y Venezuela para la Copa del Mundo de Argentina.

Su corazón volvió a detenerse, aunque esta vez para siempre en Lima en 1996, donde falleció a los 68 años de edad. 

Equipo uruguayo en el Mundial de 1954

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